lunes, 7 de enero de 2008

Políticas de estado en otro estado


Esta semana, el departamento de migraciones de los Estados Unidos, lanzó un ultimátum a los miles de inmigrantes ilegales en ese país: “todos será deportados en el menor lapso posible”, lo que significa “go home cholito”, y miles de peruanos empezaron a temblar ante la inminente llegada de la “migra” que irrumpe, sin mediar trámite, en las casas de los que, hoy por hoy, son la fuerza laboral en ese país y de los que dependen miles de negocios de los mal acostumbrados ciudadanos americanos que han hecho de la actividad laboral de los emigrantes, la esclavitud del nuevo milenio.

En el Perú, los medios de información, comentaban esta actitud del gobierno de los Estados Unidos, como propia,-y es que están en todo su derecho- pero lo más preocupante, en palabras del comentarista, era lo que iba a pasar con los miles de peruanos que se ven beneficiados con el trabajo de aquellos que se fueron en busca de mejora a la “tierra de las oportunidades”, y como es que el Estado Peruano se iba a ver perjudicado al no recibir, en el caso de que haya un éxodo obligado de los emigrantes, el impuesto por las remesas, que se ha convertido, después de la actividad minera, en el mayor productor de divisas para el país.

En todo caso, ¿por que esta actitud negativa de los legisladores americanos para con los miles de exiliados del tercer mundo?, no lo comprendo. Actualmente, los latinoamericanos en los estados del este de los Estados Unidos, se han convertido en mayoría, y con el tiempo, no mucho desde ahora, serán determinantes en materia política en ese país, no olvidemos cómo Bush apeló al estado de Florida para alcanzar los votos que significaron su ascensión al poder. Miles de latinos creyeron posibles las promesas del entonces candidato presidencial, pero ahora – y con una reelección encima- Bush parece haber olvidado lo importantes que fueron los votos de la comunidad latina para su elección.

Pero, ¿qué hacen los latinos para merecer esto?, Somos considerados, junto a los chinos, árabes, negros, minorías étnicas que crecen exponencialmente, como el grupo obrero, y esto es natural, tendemos a reproducirnos con las celeridad que aquellos que ostentan calidad de vida. Es fisiológico, casi evolutivo…pero si aun seguimos siendo los que limpian las letrinas tecnológicas de los mal agradecidos americanos, ¿Dónde esta la complicación?

Esto no carece de carácter político. Un estudio reciente sobre demografía, arrojó resultados estadísticos alarmantes para los americanos adictos a la terminología “yankie”: dentro de 30 años, las minorías étnicas podrían convertirse en una complicada mayoría, y todo lo que implica convertirse en ello: mejoras salariales, oportunidades laborales, participación política…derechos que están incluidos en la declaración universal de los derechos humanos y que Estados Unidos defiende tan bien, al extremo de hacer una guerra, o cruzada por la paz contra del terrorismo anti sistema de los iraquíes, enarbolando la bandera azul de la ONU, pero ese es otro tema.

¿Debería el Estado Peruano intervenir en las políticas soberanas del país del norte? ¿Es responsabilidad del estado, los peruanos residentes en Estados Unidos? Cual es el papel que debe jugar el Perú, en una coyuntura nunca antes tan complicada como la que vivimos actualmente: la inminente firma del TLC y ahora esta última disposición del departamento de migraciones. Aun no se ha pronunciado ni el canciller ni el presidente de la República, y es que estamos en situación en la que hilar fino ya no es suficiente para los quisquillosos congresistas americanos. Seremos complacientes como siempre, o es que nos sorprenderán con algún tipo de convenio político para asegurar el destino de los peruanos en ese país, la diplomacia es nuestra mejor carta a jugar, siempre y cuando salga de las sombras el jugador que hemos estado esperando.
Despertarse temprano en la mañana, dejar todo listo o a medio hacer porque el reloj no se detiene y bajar la mirada para revisar de nuevo que no se le olvida nada, no hay tiempo para despedirse, otra vez bajar la mirada para abordar el transporte y hoy salió el sol pero solo se enterará cuando llegue a la noche y en el noticiero comenten que el sol brilló dejando atrás tres meses de lúgubre gris. Salir a trabajar, almorzar y terminar de trabajar por ese día…llamar a la novia, tomar el colectivo, llegar a casa y esperar el miércoles que insinúa la cercanía del fin de semana. Planificar el lugar, la hora, el consumo, el hotel, ¿la felicidad tal vez…?. Revisar la billetera y calcular… cómo han subido los recuerdos, se han vuelto estratosféricos los chispazos de emoción extraídos de la cotidiana mecanización que han aprendido a disimular con ascensos, promesas premios, esta inagotable máquina que deshumaniza.

Mientras haces cuentas la TV. también contribuye creativamente a la deshumanización de las necesidades y exige toda tu atención durante los avisos subliminales que anuncian marca tras marca la infinita sensación de bienestar que produce consumir drogas legales con advertencias milimétricas de los daños irreversibles que provocan, mientras te propone la autorrealización y tu ubicación en el nicho social cuándo tienes una botella o un sofisticado y hediondo cigarrillo, segundos después aparece en la pantalla de plasma la modelo que también exige toda tu atención en el reclamos publicitario enmarcado en la brevedad de sus prendas que incitan tu privilegiado sentido visual enajenándolo convirtiéndote en un energúmeno consumidor…y a ella tampoco le va tan bien, sumergida en programas de rehabilitación, inundada de dietas de campos de concentración nazis y miles de libros de éxito asegurado y de reencuentro con el yo interno y demás filosofía viciada, ella asienta su afirmación feminista en el intrincado machismo que define nuestra sociedad, en la negación del reflejo espectral que le demuestra el espejo, relee a Simon de Boviur la compañera de Sartre evitando sentirse absurda mientras sus aspiraciones desaparecen de la mesa de vidrio… se introducen con su dignidad enervando su cerebro y caen tan pesadamente como su cabeza impactando la esterilla. El canal del estado publicita el producto de bandera mostrando el ficticio porcentaje de peruanos que han consumido su sentido común…apagas el televisor hasta mañana porque esta relación idílica con la tele es eterna.

Ducharse, cepillarse los dientes, revisarse los ojos para descubrir impactado las líneas que han empezado a aparecer sin ninguna invitación, y la tele que también sirve como compañera de los sueños de victoria, recurrentes cuando la ilusión no existe más.