lunes, 29 de octubre de 2007

la combi

Los licenciosos del periodismo
-Disculpe señor, ¿me presta su diario?- el conductor de la combi me hace señas de que lo tome, algo así como -“que me queda, si te digo que no me vas a insultar”-. Le sonrió por si las moscas y tomo su diario tamaño tabloide del tablero de la unidad de transporte público más incómoda de nuestro parque automotor.
Lo desdoblo, y ahí está ella, sin más trámite que una liga que al parecer cubre de sobra su desacostumbrado pudor. El chofer me mira y me echa una miradita de “pendejito eres no chibolo”. Lo miro y frunzo el seño, el lenguaje no verbal nos funciona muy bien, con la cara de serio le he comunicado que voy a leer y que por lo tanto se abstenga de joderme hasta que llegue a donde debo llegar. El encargado de permitirme seguir viviendo me ha entendido a la perfección.
Abro el diario a la primera página, intrigado por el titular que rezaba algo que era cualquier cosa menos castellano. Bueno, obviamente se lo que significa, lo sé de sobra, si he crecido entre los libros clásicos de 10 soles y diarios chicha de 0.50 centavos. ¿Te cuento lo que decía? La verdad no lo podría hacer así lo quisiera, y es que esa información cumple su objetivo primigenio: desinformarte…exactamente, lo he olvidado por completo. Mea culpa.
Bueno, terminé de desleer lo que estaba escrito en ese tabloide, y me pregunte que nos lleva a invertir 0.50 centavos en un album de calatas, cuerpos incompletos y pésima escritura. Y bueno, siempre concluyo en lo mismo: “-estamos bien jodidos-”. Sino, dime, y créeme que te lo voy agradecer, por qué miramos televisión de pésima factura, por qué pagamos por ver lo que debería ser tan natural y hermoso, y que sin embargo se convierte en la antítesis de la estética humana, por qué usamos lo que es residual en otros países, por qué comemos y bebemos lo que no debemos, no por un tema de salubridad sino de respeto por el dinero que tan difícilmente ganamos.
Llego a la esquina de mi casa y le agradezco al poco aseado conductor por permitirme seguir viviendo y empiezo a creer en lo que dice en su tablero “Dios es mi guía y Jesús mi copiloto”. ¡Buena! Le digo mentalmente, mientras el cobrador me grita “pie derecho joven, pie derecho”. Caballeros nomás, yo soy quien usa ese servicio, quien lee ese diario, quien come en el “oh que feo”, soy yo el único responsable por dejar que me embauquen y sin embargo, por alguna razón sospecho que mañana tomaré la misma combi, almorzare en el mismo restaurante de refresco multibacterial, leeré el titular del diario de 0.50 centavos y pagaré mi pensión por un servicio que me deja ese saborcito medio alcalino de insatisfacción adelantada. Habla ¿vas?

y el Perú?

Vista matinal
¿Qué es el Perú para ti?, no releas esta línea, tampoco me repreguntes, solo piénsalo, mastícalo, digiérelo ¡no! No lo escupas, trágalo, poco a poco, no te preocupes, lo que pronuncies no esta atado a mí, por lo tanto no vayas a creer que te lo voy a sacar de las entrañas para ver si lo masticaste correctamente.
Ahora dime, ¿qué es el Perú para ti? No me digas que es El Cuzco, ni Lima, ni Arequipa, que es su comida, que es su cerveza, que es su pisco. Eso ya lo creemos porque la publicidad se ha encargado de eso. Pero yo quiero que te respondas lo que es el Perú para ti.
No es el gran Toledo, ni el chino Rata, ni el magnífico Alan, ni Doris Sánchez, ni la célebre Canchaya, ni el bullanguero Ollanta, no es Macchu Picchu, ni las líneas de Nazca, no es el Cañón del Colca, ni la selva de Iquitos, no es Laidy Bernales ni Keiko, ni Rafael Rey y su pisco 7.9, no es la foquita Farfán ni Paolo Guerrero, no es el chino Miranda ni Lucho Horna, no son los jotitas, ni la selección de atletismo, ni la selección de los miles de deportes que se practican en él.
No, el Perú no es el monumento a la maca, ni el parque del árbitro, ni la plaza del sombrero, no son los anti mineros ni los pro mineros, no son los derechistas (apristas como se les conocen hoy en día) ni los izquierdistas, ni los de centro, o sea los que no se mojan cuando llueve. No son los nacionalistas ni los xenófilos, ni los chavistas ni Genaro ni Dionisio, ni Bush ni Zapatero, ni tu ni yo.
El Perú es el Perú, y lo seguirá siendo aun cuando tu y yo nos hayamos ido, hacia sus profundidades o lejos de él. El Perú somos los peruanos, sin nosotros, él solo sería una porción del continente sudamericano, una franja de desierto con un hermoso jardín oriental. Sólo eso, ni más ni menos, sin nosotros, sería espectacular, sería hermoso, sería limpio, seria esperanza, seria logro, seria el paraíso, sin nosotros, el Perú seguiría siendo el Perú…con una pequeña diferencia: jamás se hubiera jodido.

utopista

Utopía
Despierto, aún no decido levantarme de la cama, -que huevada, distinto día, la misma mierda-, pienso mientras me guarezco de los rayos ultra jodidos del cancerígeno sol arequipeño. La universidad, las tareas en casa, los “buenos días” a los que tanto rehuyo y por último las cuentas que tengo rendir a los que me rodean.
Pareciera que intento ser un misántropo o algo parecido a un psicópata (aunque preferiría ser un piscópata), pero solo soy un utopista, acompaño a las peleas de gallos, a las corridas de toros, a los combates de full contact, almuerzo casi siempre una buena porción de carne (es que es riquísima, así me digan que estoy devorando un cadáver, que ya no soy depredador sino un carroñero, ese floro de los que viven defendiendo a las vaquitas y usan calzado de cuero ¿?) y bebo las noches con firmamento incluido.
Disfruto de los pequeños placeres que mi licenciosa vida me permite, y sueño con la campiña de mi ciudad cada vez más gris, sepultada bajo toneladas de concreto que acompañan el crecimiento de Arequipa, la que nunca estuvo diseñada para crecer, al menos no como yo la veo. Voy y vengo y la misma gente que conozco me acompañan en ese estúpido ritual de no conocernos para contarnos algo nuevo, no hay nada nuevo bajo mi cielo azul cenizo, al menos por hoy, nadie me ha dicho algo distinto a lo que estoy acostumbrado a escuchar o leer.
Y aunque no lo crea, sigo creyendo que vivo en el sueño profundo de los que creen en los seres humanos, tal vez me falta algo, no lo sé, algo así como un éxito (léase placebo) para sentirme más parte de esto de lo que ya soy, “fuera de la red”…!uy! no soy un pez gordo.
Quiero conocer, pero primero quiero conocerme, la misma búsqueda de Siddharta (con la disculpa de los causitas budistas) me obligo a creer en la existencia de la normalidad, porque no se puede ser normal cuando ya nada es real, cuando las cosas coexisten en un protocolo de proctólogo, que con el permiso del paciente, introduce esos nada cómodos dedos que auscultan alguna deformidad, tal vez algún deseo de superación, disconformidad, utopía del que ya no se quiere dejar meter el dedo, utopía del utopista, utopía es lo que me permite seguir caminando en este infierno, donde todos se arrastran en comparsa, complacidos y complacientes, utopía eres mi “motor y motivo” ¡utopía eres mi amor!

jueves, 18 de octubre de 2007

y la tauromaquia?

de la España su cultura, y de los peruanos su copia??
No sé desde hace cuanto, o de donde vino la moda de decirle "no" al maltrato animal y en especifico "no" a las corridas de toros. será una copia más adicionada a las muchas inclusiones culturales a nuestra ya multicolor cultura chicha?...no lo sé, ante tanta información, las cosas suelen intercambiar distintos matices de acuerdo a mi estado de ánimo, lo de los toros de verdad si em da bronca, pero lo de que supuestos activistas pro animales, me da aun más. me tienta sobremanera preguntarles a estos neo-animalistas si es que consumen animales en su dieta, si no incluyen una riquísima parrilla con una rica chela a los domingos de pichanga, o si cuando les cae mal la rezaca, no le piden a mama un caldito de gallina...o será que esto no esta incluido en su pliego de reclamos, cuanto de coherencia ahy en esto, o sera una burda copia de lo que culturalmente se asume como propio y no pasa a ser eso... una burda copia incoherente en nuestro precioso pais de incongruencias

jueves, 11 de octubre de 2007

inaugureichon

es temprano en la mañana y las clases de redacción no terminan..por que no terminannn!! tengo 21 años y tengo tantas cosas que decir, que usualmente me quedo complemetamente callado. todo lo escribo y lo registrado es una muestra de que ni conmigo mismo estoy bien, deduzco que es normal, ya que me siento tan foráneo en mi propio país, en mi ciudad (vivo en Arequipa), en mi barrio, en mi casa...tanto que ensayé la etiqueta de cosmopolita para mi...ustedes, se sienten propios o ajenos??